La Edad Media es uno de los períodos de la historia con más lugares comunes, muchos de ellos de carácter peyorativo (finalidad/idea negativa). El propio nombre “Edad Media” responde a la crítica realizada por los humanistas al método escolástico en un tiempo en el que no podía responder a los retos intelectuales y cuestiones planteadas de forma novedosa.
La
educación en la Edad Media se enseñó por primera vez en las escuelas del
monasterio, y solo para aquellos que se convertirían en clérigos. Lógicamente,
el conocimiento que adquirieron estaba estrechamente relacionado con la
iglesia: aprendieron los conceptos de etiqueta, oración y Biblia. Básicamente
hablando, este es un método de enseñanza de memoria: los estudiantes repiten lo
que quieren aprender hasta que lo recuerdan. Muchos de ellos no saben leer ni
escribir, pero aún recuerdan los conocimientos básicos, que son suficientes.
El
futuro sacerdote debe aprender a escribir y leer en latín, como sabemos, el
latín es el idioma de la cultura y el culto católico.
Los primeros estudios: la escuela monástica
La
investigación inicial (más básica) continuó en el monasterio o monasterio, y
los niños de los alrededores también fueron allí. Son gratuitos y proporcionan
una educación muy básica, principalmente oral. Los niños más pobres aprenden
repitiendo ideas religiosas básicas y oraciones principales. Nunca podrán
acceder a estos libros, por lo que no se les enseñará a leer ni a escribir. No
necesitarán estas habilidades en el trabajo. Los conocimientos que necesitan
para trabajar en el extranjero o en la ciudad.
En
estas escuelas también hay estudiantes que quieren vivir la vida monástica. Son
los segundos hijos de familias aristocráticas, así como algunos niños pobres,
que han demostrado habilidades especiales en el aprendizaje. Estos estudiantes
sí aprendieron a leer y escribir en latín (el idioma de la cultura y la
iglesia) porque su trabajo estará estrechamente vinculado a los libros escritos
en ese idioma. Estudiaron algunos escritores clásicos, el padre de la iglesia,
la Biblia y otros libros. Elaborado con libros de la biblioteca del monasterio.
SISTEMA
ORGANIZATIVO
Cuando recordamos el sistema educativo en la Edad Media nos viene a la memoria el nacimiento de las universidades, pero esta institución no nació de la nada. Existía un entramado consolidado que refleja una institucionalización de la enseñanza. Junto a la enseñanza reglada en instituciones escolares existían otros vehículos de instrucción.
La
aprobación del rey Felipe II a estas escuelas supuso que se reunieran los
maestros y alumnos pertenecientes a estas escuelas bajo la autoridad y
jurisdicción de un canciller. El privilegio real presumió la concesión del
fuero eclesiástico, es decir, la posibilidad de poder ser juzgados bajo la
autoridad eclesiástica y no civil.
De
este modo, la nueva institución educativa se organizó en torno a cuatro
Facultades: una que era de contenido básico o general: la Facultad de Artes
Liberales; y tres especializadas: derecho canónico o decretales, medicina y
teología. Esta organización universitaria conocía precedentes en el s. XII como
la existencia de las naciones (nationes), es decir, una organización
corporativa de los maestros y estudiantes según el origen o región, al igual
que la facultad.
La
escuela medieval (sc(h)ola) designa tanto el lugar donde se desarrolla el
proceso de enseñanza como un modelo de estudio que se distingue del desarrollo
posterior, especialmente a partir del siglo XIII con el nacimiento de los
estudios (studia) y la universidad.
Durante
la Edad Media se irán desarrollando diferentes tipos de escuelas dependiendo
del lugar y el modo de enseñanza. Estas escuelas van sustituyendo las
instituciones educativas de la Antigüedad - las escuelas urbanas - de
naturaleza municipal o privada que van sobreviviendo en los lugares más
romanizados y que tras el decreto de Justiniano quedan abolidas en su formato
“pagano” (la Academia platónica de Atenas se cierra en el 529). Los
estudios muestran que la escuela no desapareció, sino que se fue trasformando
(Sot y Riché, 1990), combinando formación teológica con servicio pastoral. El
texto fundamental es la Biblia, pero el estudio de la Sagrada Escritura pasa
por una serie de lecturas que comprenderán el entendimiento teológico -
racional - de la Revelación y sabiduría de vida.
En el ámbito eclesial sabemos de la existencia de las escuelas presbiterales (o clericales) - siglo VI - que se dedicaban a la formación de los futuros clérigos, aunque no se conoce si solo formaban a los futuros sacerdotes o también acogían en su seno a otros niños.
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